Se ha calculado que la Capilla Sixtina puede albergar desde las 700 a las 1.500 personas al mismo tiempo y no se permitirán más.
El nuevo sistema de aireación, que se ha instalado durante los últimos meses y que ha necesitado tres años de estudio, permitirá mantener la Capilla Sixtina, mandada construir en 1473 por el Papa Sixto IV, de ahí su nombre, con las justas medidas de temperatura y humedad.
También controlará el nivel del anhídrido de carbono que produce la masiva presencia de visitantes.
El sistema garantizará, aseguraron hoy, que ninguna partícula de polvo se deposite en los 2.500 metros cuadrados de frescos de la Capilla sixtina.
Sobre el sistema de iluminación, Paolucci garantizó que es innovador y dará la justa luz para resaltar los detalles de todos los frescos de la Capilla, pero sobre todo con un importante ahorro energético y sin causar daños debido a la utilización de lámparas led que dan el 50 por ciento menos de calor.
Se han instalado cerca de 7.000 puntos de luz, estudiados para dar una iluminación “tenue”, pero que a su vez “haga resaltar todos los detalles de la Capilla Sixtina sin evidenciar ninguno en especial y valorar todos los frescos y no sólo los de Miguel Ángel”.
La Capilla Sixtina no es sólo las pinturas del Miguel Ángel, sino que también con esta nueva luz, se podrá apreciar con más detalle el “maravilloso tejido cromático de un pintor menos conocido como Bartolomeo della Gatta o las exquisitas pinceladas de los tres frescos de Botticelli”, apuntó Paolucci.
Las dos intervenciones han costado 3 millones de euros (3,8 millones de dólares) y han sido patrocinadas y efectuadas en sus respectivos sectores por las multinacionales estadounidense Carrier y la alemana Osram.
Para celebrar el innovador proyecto se ha organizado un congreso internacional de expertos el 30 y 31 de octubre en el que bajo el tema “La Capilla Sixtina, veinte años después. Nuevo aire y nueva luz”, se explicarán con detalles las intervenciones realizadas.